Inicio

Actualizado: 07 de julio de 2017

La mayor recompensa que Sandra María Sánchez Ibargüen recibe en su trabajo es ver las centenares de sonrisas de niños del Chocó que notan como, gracias a su trabajo, han mejorado su nivel académico.

La mayor recompensa que Sandra María Sánchez Ibargüen recibe en su trabajo es ver las centenares de sonrisas de niños del Chocó que notan como, gracias a su trabajo, han mejorado su nivel académico.

Sandra, nacida en esas vastas tierras del occidente colombiano, asegura que esas inmensas señales de satisfacción y de amor propio de los niños hacen que cualquier esfuerzo que ella haga valga la pena, así sea adentrarse en una lancha ocho horas por las riberas del Atrato para llegar, por ejemplo, a Unguía, en el norte de ese departamento.

Ella es docente y una de las formadoras del programa 'Todos a aprender 2.0' del Ministerio de Educación Nacional, que ha ayudado a la transformación de la calidad educativa de esta y muchas regiones del país, gracias al acompañamiento a docentes y alumnos con mejores prácticas pedagógicas en el aula de clase.

Sandra está convencida de que su trabajo como maestra y tutora está sirviendo no solo para que su departamento y el país avancen, sino a construir una mejor Colombia.

"Los resultados académicos de nuestro departamento han ido mejorando, como lo reveló recientemente el Presidente. La educación es el camino no solo al progreso sino a la paz que todos estamos construyendo; estamos trabajando para transformar la educación con ganas, constancia y perseverancia", explica.

Esta mujer, de 43 años, es magister en Ciencias de la Educación, formadora del Programa en las Secretarías de Chocó y Quibdó, casada con tres hijos y más de 15 años de experiencia como docente de básica secundaria, media y educación superior. Como si fuera poco, tiene 10 años de experiencia en el sector administrativo educativo e investigativo y cursa un doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad Santander, de México.

Ella se siente feliz de llegar a zonas de difícil acceso del Chocó como Bojayá, Condoto y Baudó, con tal de ejercer su vocación: enseñar. No importa dónde, allá llega con sus compañeros de 'Todos a aprender'. Por ejemplo, a Bojayá se arriba luego de 8 horas en una lancha rápida; a Condoto se emplean 3 horas en transporte terrestre, y para poner los pies en el primer Baudó, deben tomar un carro desde Quibdó hasta Puerto Meluk, (5 horas) y de allí embarcarse en motocanoas hacia todos los pueblos del Medio y Bajo Baudó.

"Los compañeros docentes han sido muy receptivos pese a las condiciones de vulnerabilidad de las zonas a las que llegamos -cuenta, emocionada, Sandra-; nos reciben con mucha alegría y siempre están esperanzados porque el Programa llega con propuestas didácticas y pedagógicas que son distintas y que permiten mejorar los aprendizajes de los estudiantes. Lo hacen porque todos nosotros los docentes amamos lo que hacemos".